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martes, 14 de noviembre de 2017

La bella durmiente.


La bella durmiente.






La bella durmiente del bosque. 

(Para conocer el significado haz clic sobre las palabras resaltadas)


Había una vez un rey y una reina que estaban tan afligidos por no tener hijos. Al fin, la reina quedó encinta y dio a luz una hija. 

Fuente: Materialeducativoparamaestros (2015)

Se hizo un hermoso bautizo, después de las ceremonias del bautizo, todos los invitados volvieron al palacio del rey, donde había un gran festín para las hadas. Delante de cada una de ellas habían colocado un magnífico juego de cubiertos en un estuche de oro macizo, donde había una cuchara, un tenedor y un cuchillo de oro fino, adornado con diamantes y rubíes. Cuando cada cual se estaba sentando a la mesa, vieron entrar a un hada muy vieja que no había sido invitada, porque hacía más de cincuenta años que no salía de una torre y la creían muerta o hechizada. El rey le hizo poner un cubierto, pero no había forma de darle un estuche de oro macizo como a las otras, pues sólo se habían mandado a hacer siete, para las siete hadas. 

La vieja creyó que la despreciaban y murmuró entre dientes algunas amenazas. Una de las hadas jóvenes que se hallaba cerca la escuchó y escondió tras la cortina, a fin de hablar la última y poder así reparar en lo posible el mal que la vieja hubiese hecho. Entretanto, las hadas comenzaron a conceder sus dones a la princesita. La primera le otorgó el don de ser la persona más bella del mundo, la siguiente, el de tener el alma de un ángel, la tercera, el de poseer una gracia admirable en todo lo que hiciera, la cuarta, el de bailar a las mil maravillas, la quinta, el de cantar como un ruiseñor, y la sexta, el de tocar toda clase de instrumentos musicales a la perfección. 

Llegado el turno de la vieja hada, esta dijo, que la princesa se pincharía la mano con un huso, lo que le causaría la muerte. Este don terrible hizo temblar a todos los asistentes y todos comenzaron a llorar. En ese momento, el hada joven salió de su escondite y en voz alta pronunció estas palabras: —Tranquilos, rey y reina, su hija no morirá; es verdad que no tengo poder suficiente para deshacer por completo lo que mi antecesora ha hecho. La princesa se clavará la mano con un huso; pero en vez de morir, sólo caerá en un sueño profundo que durará cien años, al cabo de los cuales el hijo de un rey llegará a despertarla.

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Fuente: Materialeducativoparamaestros (2015)

Un día en que el rey y la reina habían ido ausentado, sucedió que la joven princesa, correteando por el castillo, subiendo de cuarto en cuarto, llegó a lo alto de una torre, a una pequeña buhardilla donde una anciana estaba sola hilando su copo. Esta buena mujer no había oído hablar de las prohibiciones del rey para hilar en huso. 

 —¿Qué haces aquí, buena mujer? —Dijo la princesa. 

—Estoy hilando, mi bella niña. —Le respondió la anciana, que no la conocía. 

—¡Ah! qué lindo es, replicó la princesa, ¿cómo lo haces? Enséñame, a ver si yo también puedo. 

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Fuente: PakaPaka.

No hizo más que coger el huso, cuando se clavó la mano con él y cayó desmayada. La buena anciana, muy confundida, clama socorro. Llegan de todos lados, echan agua al rostro de la princesa, le golpean las manos, pero nada la reanima.

Entonces el rey hizo poner a la princesa en el aposento más hermoso del palacio, sobre una cama bordada en oro y plata. Se veía tan bella que parecía un ángel, pues el desmayo no le había quitado sus vivos colores: sus mejillas eran rosadas y sus labios como el coral; sólo tenía los ojos cerrados, pero se la oía respirar suavemente, lo que demostraba que no estaba muerta. 

Fuente: Materialeducativoparamaestros (2015)

El rey ordenó que la dejaran dormir en reposo, hasta que llegara su hora de despertar. El hada buena que le había salvado la vida, al hacer que durmiera cien años, se hallaba lejos cuando ocurrió el accidente de la princesa; pero cuando recibió la noticia, el hada partió de inmediato. 

Ella aprobó todo lo que el rey había hecho; pero como era muy previsora, pensó que cuando la princesa llegara a despertar, se sentiría muy confundida al verse sola en este viejo palacio. Hizo lo siguiente: tocó con su varita todo lo que había en el castillo (salvo al rey y a la reina), damas de honor, mucamas, oficiales, mayordomos, cocineros, tocó también todos los caballos que estaban en las caballerizas, con los palafreneros, los grandes perros de gallinero, la perrita de la princesa que estaba junto a ella sobre el lecho. Junto con tocarlos, se durmieron todos, para que despertaran al mismo tiempo que su ama, a fin de que estuviesen todos listos para atenderla llegado el momento. Todo esto se hizo en un instante: las hadas no tardaban en realizar su tarea. 

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Fuente: Segura, M. (2016)

Entonces el rey y la reina luego de besar a su querida hija, sin que ella despertara, salieron del castillo e hicieron publicar prohibiciones de acercarse a él a quienquiera que fuese en todo el mundo. Estas prohibiciones no eran necesarias, pues rapidamente creció alrededor del castillo muchos árboles que dificultaba la entrada al castillo. 

Después de cien años, el hijo de un rey que gobernaba en ese momento y que no era familia de la princesa dormida se fue de caza por esos lados; preguntó:

- ¿De quién es ese castillo que se divisa por las montañas?

Unos decían que era un castillo repleto de fantasma, otro que vivían brujas.

El príncipe no sabía qué creer, hasta que un viejo campesino tomó la palabra y le dijo: 

—Príncipe, hace más de cincuenta años escuche decir a mi padre que había en ese castillo una princesa, la más bella del mundo, que dormiría durante cien años y sería despertada por el hijo de un rey a quien ella estaba destinada. 

Al escuchar este discurso, el joven príncipe se sintió sorprendido; creyó sin vacilar que él pondría fin a tan hermosa aventura; e impulsado por el amor y la gloria, resolvió investigar al instante de qué se trataba. 

Apenas avanzó hacia el bosque, esos enormes árboles, aquellas zarzas y espinas se apartaron para dejarlo pasar: caminó hacia el castillo que veía al final de una gran avenida donde penetró, pero, ante su extrañeza, vio que ninguna de esas personas había podido seguirlo porque los árboles se habían cerrado tras él. 

Fuente: Materialeducativoparamaestros (2015)

Continuó sin embargo su camino: un príncipe joven y enamorado es siempre valiente. Llegó a un gran patio de entrada donde todo lo que apareció ante su vista era para helarlo de temor. Reinaba un silencio espantoso, por todas partes se presentaba la imagen de la muerte, era una de cuerpos tendidos de hombres y animales, que parecían muertos. Pero se dio cuenta, que sólo estaban dormidos.

Atraviesa un gran patio pavimentado de mármol, sube por la escalera, llega a la sala de los guardias que estaban formados en hilera, la carabina al hombro, roncando a más y mejor. Atraviesa varias cámaras llenas de caballeros y damas, todos durmiendo, unos de pie, otros sentados; entra en un cuarto todo dorado, donde ve sobre una cama, cuyas cortinas estaban abiertas, el más bello espectáculo que jamás imaginara: una princesa que parecía tener quince o dieciséis años, cuyo brillo resplandeciente tenía algo luminoso y divino. 

Fuente: Materialeducativoparamaestros (2015)

Se acercó temblando y en actitud de admiración se arrodilló junto a ella. Entonces, como había llegado el término del hechizo, la princesa despertó; y mirándolo con ojos más tiernos de lo que una primera vista parecía permitir: 

—¿Eres tú, príncipe mío? —dijo ella—, bastante me has hecho esperar. 

El príncipe, atraído por estas palabras y más aún por la forma en que habían sido dichas, no sabía cómo demostrarle su alegría y gratitud; le aseguró que la amaba más que a sí mismo. 

Entretanto, el palacio entero se había despertado junto con la princesa; todos se disponían a cumplir con su tarea; el príncipe ayudó a la princesa a levantarse y vio que estaba toda vestida, y con gran magnificencia; pero se abstuvo de decirle que sus ropas eran de otra época. Pasaron a un salón de espejos y allí cenaron, atendido por los servidores de la princesa; violines interpretaron piezas antiguas pero excelentes, que ya no se tocaban desde hacía casi cien años; y después de la cena, sin pérdida de tiempo, el capellán los casó en la capilla del castillo.

Fuente: Materialeducativoparamaestros (2015)






Referencia.


Materialeducativoparamaestros (2015). Cuento de la bella durmiente. Recuperado de https://materialeducativoparamaestros.blogspot.com.co/2015/08/cuento-de-la-bella-durmiente.html

PakaPaka (productor). La bella durmiente. Argentina [cinta cinematográfica]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=wP_fEnBry_w

Perrault, C. (1628-1703). La bella durmiente del bosque. Obras clásicas de siempre. Recuperado dehttp://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/Colecciones/CuentosMas/Durmiente.pdf

Segura, M. (2016). La bella durmiente en el bosque. Recuperado de https://bibliotecadeloscuentos.wordpress.com/2016/02/20/la-bella-durmiente-en-el-bosque/

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